Anais celebra su boda íntima en Segovia, luciendo un romántico vestido y un velo significativo.

04/01/2025

Las historias de amor a menudo comienzan con un encuentro fugaz, y para muchas novias, esto también sucede en la elección de su vestido. Anais comparte su experiencia, explicando que cuando vislumbró el diseño supo de inmediato que sería su atuendo nupcial. "Opté por trabajar con Raquel López. En realidad, fue ella quien me eligió a mí, ya que fue un amor a primera vista. Mientras buscaba fincas para celebrar nuestra boda, vi una publicación de sus vestidos en uno de los lugares y, de repente, me topé con una fotografía del que reconocí al instante como mi vestido, en ese preciso momento supe que no había marcha atrás", relata.

Un vestido nupcial con un toque único

Anais nos explica que se sintió cautivada por un vestido de la colección y que, dada su admiración por todos los detalles, prácticamente solo se necesitaron pequeños ajustes. "La verdad es que todo fue muy sencillo, el modelo era casi exactamente lo que había imaginado; solo cambiamos un poco la longitud de las mangas, dado que la boda era en agosto, y bajamos un poco el escote. El resto era fiel al diseño que Raquel había creado".

El vestido que eligió Anais es el modelo Sophie, de la colección Ácrona. Esta propuesta, como se indica en la página web, está "inspirada en la atemporalidad, donde el lujo de los tejidos nobles brilla con más intensidad que nunca, lo que perdura a través del tiempo y el arte de la costura de autor crea una belleza que no se desvanece; la defensa de la sostenibilidad, combinando tejidos rescatados con materiales actuales, permite lucir a una novia que valora la exclusividad".

Este vestido poseía un escote en la parte frontal que se pronunciaba más en la espalda, además de mangas ligeramente abullonadas que terminaban en unos elegantes puños con botonadura forrada. La falda, sin duda, era lo más especial; fluida y llena de movimiento, acompañaba cada paso de la novia, otorgando un aire romántico a la pieza. Era un diseño tan cómodo y único que Anais decidió llevarlo hasta el final de la celebración.

Del velo al ramo, finalizando el look de novia

Anais, aunque muchas novias optan por llevar velo, decidió anudar uno de bámbula a su moño, una elección atrevida con la que no todas se sentirían cómodas. Sin embargo, ese no fue el único detalle que completó su aspecto; "Tenía en mente que el ramo fuera muy sencillo, que no sobrepasara la belleza del vestido y que encajara con la decoración del entorno. Escogí una composición de eucalipto y paniculata de Flores en el Columpio", comparte con nosotros.

Anais también llevó pendientes de diamantes en forma de lágrima, dos anillos de compromiso –uno de diamantes de Aristocrazy y otro adornado con un zafiro– y zapatos personalizados de Just-Ene.

Algunas novias prefieren llevar el cabello suelto, pero Anais prefirió un peinado recogido para que el vestido fuera el centro de atención. "Quería que mi pelo estuviera lo más recogido posible. Consideré que un desmontable para la cena y fiesta le daría un toque fresco. Sobre el maquillaje, como tengo la piel morena, deseaba algo natural que realzara mis ojos, y fue fácil comunicarme con Alba; enseguida supo lo que quería, y el resultado fue espectacular".

Su 'sí, quiero'

Anais e Isaac se dieron el "sí, quiero" el 10 de agosto de 2024 en la Real Fábrica de Cristales de La Granja, en uno de los días más calurosos de Segovia, según indicó la novia. Siendo su segunda boda, ambos optaron desde el inicio por organizar una ceremonia íntima. "Fuimos 21 adultos y 7 niños (incluyendo a los hijos de mi esposo). La ceremonia fue muy singular; fuimos nosotros quienes dedicamos unas palabras a nuestros invitados en lugar de al revés. Dado que éramos tan pocos, pudimos compartir historias con ellos y explicarles lo que nos unía; eso lo hizo muy especial, todos quedaron sorprendidos y emocionados".

Para organizar el evento, contaron con el equipo de la Real Fábrica de Cristales, liderado por Carmen, quien facilitó enormemente todo el proceso. Artigot (Laura y Constanza) se encargó de la comida, lo que fue un acierto, pues los invitados no paraban de elogiar la calidad y cantidad de los platos. La oficiante, Sonia, llegó con su equipo y se ocupó de que todo saliera a la perfección, velando incluso por que mi vestido estuviera bien colocado. Luces de cuento creó una atmósfera mágica con sus lámparas clásicas, mientras que High Volume se encargó de la música del evento. Yo planifiqué algunos detalles y sorpresas para los invitados, aportando un toque de animación a la boda íntima", finaliza Anais.

Al darle un consejo a futuras parejas que pronto se casarán, Anais sugiere: "Que organicen la boda que realmente desean, sin dejarse llevar por modas o compromisos. Este es su día, y será un recuerdo para toda la vida. ¡Vivan el momento intensamente! Intenten comer, aunque sé que es complicado, ¡pero es esencial! Y, sobre todo, pasen tiempo juntos, disfruten de su día al máximo".

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