Anne selecciona un encantador escenario en Álava para celebrar su boda
22/01/2025

Las tendencias en moda son cíclicas y lo que alguna vez fue popular puede volver a resurgir con fuerza. Esto también se aplica al mundo de las bodas, donde elementos como lazos, corsés y godets están haciendo su reaparición. Sin embargo, desde hace varios años, una constante sigue siendo la preferida por muchas novias: los vestidos de novia con líneas minimalistas. Este era precisamente el objetivo de Anne al buscar su vestido. "Desde el principio, sabía que no quería nada con bordados, pedrería o diseños muy elaborados", comentaba. El creador encargado de materializar su visión fue el reconocido diseñador Diego Estrada.
Apuesta por un vestido desmontable
Anne, al igual que muchas futuras esposas, exploró diferentes atelieres antes de decidirse por Diego Estrada. La novia destacaba que no solo le encantaban los diseños del creador, sino que también le inspiraba confianza durante todo el proceso de diseño. "Es fundamental tener una buena comunicación y una conexión con la persona que confeccionará el vestido, ya que el proceso puede ser estresante y lleno de incertidumbres", explicaba.
La novia tenía una visión clara de lo que quería: "Me guié por Instagram, donde vi numerosas novias, y los vestidos que más me atraían eran aquellos con líneas limpias y sencillas, que a mi parecer, resultan muy elegantes. Además, soñaba con un vestido desmontable: para la ceremonia quería un vestido con cola y luego poder quitarla para estar más cómoda y disfrutar en la fiesta".
Un proceso lleno de detalles
En sus pruebas, Anne fue acompañada por personas de su confianza, algo que los diseñadores recomiendan para que las opiniones sean constructivas. "Recuerdo la primera prueba, donde el vestido se ajustaba en una tela de prueba. Era muy rígido y me costaba visualizar el resultado final. Pero las siguientes pruebas, con la tela definitiva, fueron emocionantes al ver cómo el vestido iba tomando forma", recordaba.
Después de varias pruebas, el vestido finalizó en un crepe de seda con un escote en pico tanto en el cuello como en la espalda, que se ceñía suavemente al torso y se ensanchaba a partir de las caderas. Además, incorporó una espectacular capa de organza de seda con mangas abullonadas que caían de forma espectacular.
Complementos que realzan el look
A pesar de la capa, Anne decidió incluir el velo de su madre, el cual era simple y elegante, terminando de completar su look nupcial sin sobrecargarlo. "Decidí no entrar velada a la iglesia, pero me encantó añadirlo", añadió.
Otra de sus decisiones fue optar por un ramo sobrio en blanco y verde, guiada por Gonzalo, su florista. "Queríamos algo que reflejara la sencillez y la elegancia del vestido". Para darle un toque especial, su hermana le regaló una medalla con la fecha de la boda, que se colocó en el ramo, convirtiéndolo en un recuerdo inolvidable.
Un día lleno de emociones
La boda se celebró el pasado 3 de agosto en el Santuario de Nuestra Señora de la Encina, un entorno impresionante. Tanto Anne como Alexandre querían que su ceremonia reflejara sus culturas, facilitando la inclusión de lecturas en español y francés. “Tuvimos una conexión increíble con el sacerdote, que también hablaba algo de francés”, comentó Anne.
La celebración tuvo lugar en el Palacio de Ubieta, con una emotiva reunión de familiares y amigos de diferentes países, lo que hizo que el evento fuera aún más especial. "Nos sentimos muy afortunados de haber podido compartir este día tan significativo con todos los que queremos", afirmaba la novia con una sonrisa.
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