Cortina d’Ampezzo ofrece una magia navideña única en su exclusiva estación invernal.
27/12/2024
Cada Navidad, hay un refugio especial que evoca los momentos más memorables de nuestra vida. Para mí, ese lugar es Cortina d’Ampezzo, un enclave encantador resguardado por los majestuosos Dolomitas. La historia que comparto con mi hijo cada Navidad gira en torno a Papá Noel, quien, acompañado por los elfos y las hadas del bosque, tiene su taller de juguetes justo aquí, en nuestras montañas. Es el sitio donde traigo su carta de deseos."
Una historia con encanto
La narración que realiza Gioia Martini al abrir las puertas de su acogedora casa en el pintoresco pueblo de Cadin di Sotto es mágica. Su hogar, adornado con árboles de Navidad, grandes soldados de madera y luces centelleantes, es un antiguo granero de principios del siglo XIX que ha sido exquisitamente renovado, con espléndidas boiseries de madera y detalladas incrustaciones de marquetería.
Gioia, proveniente de una notable familia de Emilia-Romaña, es heredera de una importante multinacional en el sector de la alimentación. La inspiración de su linaje emprendedor la llevó a fundar su propio negocio, la Galleria Cavour, un prestigioso centro de lujo en Italia, donde se congregan marcas de moda y alta joyería de renombre mundial, con su entrada principal en la emblemática Piazza Cavour de Bolonia, desde donde se extiende desde Tiffany hasta Prada.
Como mujer dinámica, independiente y auténtica, Gioia busca equilibrar su carrera con su vida personal, en la que su hijo de nueve años, Brando, y su pareja, Angelo Tozzi, son el centro de su universo.
La familia y sus raíces
—Hablemos de tu familia.
—Crecí en una familia predominantemente masculina, liderada por mi padre. Soy la única mujer entre cuatro hermanos y, a medida que fui creciendo, aprendí a hacerme un lugar en este pequeño ejército de hombres.
—¿A qué se dedica tu padre?
—Es un empresario del sector alimentario y siempre me ha enseñado la importancia del trabajo duro. Para mí es un referente, y sus logros han sido reconocidos con el título de Cavaliere del Lavoro.
—¿Cómo seguiste tu carrera?
—Soy abogada de formación y, en un principio, trabajé en el ámbito familiar. Más tarde, decidí seguir un camino independiente. Hace cinco años adquirí la Galleria Cavour, y desde entonces me he esforzado en elevar su prestigio, enfocándome especialmente en el ámbito de la hospitalidad y la experiencia.
He trabajado en embellecer su imagen y la experiencia que se ofrece, creando una comunicación efectiva que presente un concepto más profundo del lujo. Me he dado cuenta de que este sector, el de las grandes marcas, es fruto de un meticuloso trabajo en equipo, creatividad y un gran nivel de investigación. En mi espacio residen marcas de gran renombre, como Louis Vuitton, Tiffany, Chanel Beauty, Jaeger-LeCoultre, Versace, Bottega Veneta, Prada, Bartorelli Jewellery, Moncler, y K-Way. Esta inversión me ha dotado de una comprensión de que la belleza debe ser cultivada con dedicación y atención.
—¿Cómo describirías tu proyecto?
—Lo considero un espacio para todos, un passage couvert en el bullicioso centro de Bolonia, que se transforma continuamente con cada estación y evento. Cualquiera puede pasear por la Galleria, disfrutando de una atmósfera vibrante llena de colores, música y propuestas de las numerosas boutiques, incluida la fragancia especial que he creado. Su nombre, Farini 14, es un homenaje a la historia de este fascinante lugar.
—También organizas diversas iniciativas benéficas.
—Efectivamente, durante la época navideña suelo acoger a varias organizaciones benéficas que destinan los fondos recaudados a niños. Este año, tuve la satisfacción de poder habilitar dos salas, una de pediatría en el hospital de Sant’Orsola y otra en el hospital de Bellaria, apoyando a la asociación Bimbo Tu, para la que organizo meriendas solidarias en la Galleria cada año. Es fundamental para mí hacer que estos espacios sean más acogedores para los niños y el personal médico en Navidad.
—Eres muy trabajadora.
—Soy una persona muy curiosa y en constante evolución. Siempre busco superarme y dedico tiempo al estudio. He trabajado siempre con pasión y dedicación. Desde mis días en la universidad, me ha gustado hacer las cosas bien.
—Defínete un poco.
—Soy una persona directa, aunque con la experiencia he aprendido a moderar mis impulsos, ya que ser demasiado frontal no siempre resulta beneficioso. Me considero auténtica, entusiasta, apasionada y con una gran curiosidad por aprender.
—¿Cómo conociste a Angelo?
—Nuestro encuentro fue hace once años. Es un compañero incondicional y un padre excepcional.
—Aunque eres madre y empresaria, ¿cómo gestionas todo?
—No me siento una madre convencional, porque no soy muy buena en juegos de dinosaurios. Prefiero compartir con mi hijo las enseñanzas de la filosofía, como las de Platón o Aristóteles, pero siempre de forma amena.
—¿Cómo influye esto en su aprendizaje?
—Con una madre así, Brando es un niño exigente, lo que me llena de satisfacción. Es consciente de sus enseñanzas y, cuando le llamo la atención, a menudo me responde: "Mamá, no te alteres. El pasado ya pertenece al pasado!"
—¿Cómo celebras la Navidad?
—Nos encanta disfrutar de estas fechas en esta casa, que para mí es un refugio cálido e íntimo, ideal para saborear la atmósfera navideña. La describiría como un hogar "kinestésico", ya que activa todos los sentidos: mi vista se pierde en las montañas desde cada ventana, mi oído se complace en el suave sonido de la lluvia y las campanas cercanas, el olfato se alimenta del aroma de la madera y del bosque, y el tacto se deleita con la suavidad de cada tejido que arropa el espacio. En cuanto al gusto, es en esta casa donde me encanta cocinar y crear momentos especiales con Brando haciendo amaretti y tarta de chocolate.
—¿Desde cuándo es tu casa?
—Construida a principios del siglo XIX como granero, compré esta casa hace nueve años, durante mi embarazo con Brando. La renové posteriormente con la ayuda de la arquitecta Ambra Piccin, destacada profesional en la reforma de edificaciones históricas, para las que se requiere un tratamiento especial por parte de la Superintendencia de Venecia.
—¿Qué actividades realizáis en Navidad?
—La Navidad la celebramos con la comida tradicional, pero la mañana comienza temprano, con Brando despertándose lleno de ilusión para abrir los regalos que hemos puesto bajo nuestros hermosos árboles. Después comemos juntos en casa, disfrutando de poner la mesa con atención y cariño.
—¿Y cómo será tu decoración?
—Los colores de la decoración evocan los tonos de la montaña, con un mantel de Mrs. Alice en marrones y marfiles, platos con lazos verdes, bajoplatos dorados, cubertería de oro de Ralph Lauren y copas familiares de cristal. La decoración será en tonos cálidos, semejantes al color de las galletas. Por supuesto, los árboles de Navidad lucirán grandiosos, junto a dos imponentes soldados de juguete que cuidan la entrada de nuestro hogar.
—¿Cuál será el menú navideño?
—En pareja, es común que tengamos que negociar. Yo soy originaria de Romagna, por lo que disfruto de los capelletti en caldo, mientras que Angelo, de Emilia, opta por los tortellini en caldo. Luego, servimos carnes hervidas con diferentes salsas, puré de patatas, "mostarda" y culminamos con los "panettone" de Antoniazzi, verdaderas joyas de la gastronomía, hermosamente decoradas, acompañadas de los turrones de chocolate.
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