Cristina elige un vestido de novia 'vintage' para su boda en Trujillo.

13/02/2025

El otoño es una estación que encanta a muchas parejas a la hora de celebrar su boda, gracias a sus suaves temperaturas que permiten que las novias luzcan elegantes vestidos de manga larga. Este fue el caso de Cristina, quien contrajo matrimonio con Álvaro el 1 de noviembre en una emotiva ceremonia civil en el Palacio de San Carlos, Trujillo. Para este día tan significativo, Cristina optó por un estilizado vestido diseñado por Lorena Formoso, que incorporaba distintivos bordados artesanales creados por Lahuar en su cuello, espalda y mangas.

Cristina relató su experiencia en la búsqueda del vestido ideal, completando un recorrido por varias casas de diseño en Madrid. Finalmente, se decantó por La SuiteRoom, una boutique en Cáceres que le llamó la atención durante una visita a un amigo. "Me sentí cautivada por la originalidad de sus diseños y la dedicación con la que trabajan con cada novia. Aunque encontré varios modelos que me agradaban, ninguno me representaba por completo, así que decidí encargar un diseño exclusivo". De este modo, Lorena Formoso fue la encargada de confeccionar su vestido único.

Se trataba de un modelo sencillo, confeccionado en satin color champán, que se adaptaba perfectamente a su figura. El vestido contaba con un elegante escote tipo cisne, mangas largas estructuradas y una amplia abertura en la espalda, así como una capa de seda que le confería movimiento. Sin embargo, fueron los bordados los que aportaron un toque distintivo a su atuendo; estos estaban inspirados en la bóveda de la Iglesia Santa María La Mayor de Trujillo.

Cristina eligió cuidadosamente todos los elementos de su look nupcial, desde el calzado hasta los accesorios. Para sus zapatos, confió en Salo Madrid, eligiendo un par cómodo con tacón ancho que le facilitara disfrutar de la celebración. En cuanto a las joyas, optó por unos discretos pendientes de oro amarillo con topacios blancos, que complementaban a la perfección su vestido sin restarle protagonismo.

El peinado fue otro aspecto clave, con Cristina decidiendo llevar un moño de bailarina que realzara los bordados de su vestido. "Aunque nunca me suelo recoger el pelo, quise arriesgar y elegí un peinado clásico que resaltara el detalle de la espalda", explicó. Durante la fiesta, cambió su look soltando su cabello y optó por un bolso diseñado por Lahuar.

El ramo de la novia también fue un elemento significativo, ya que Cristina buscaba una composición grande y volumétrica. Seleccionó flores naturales en tonos suaves, como margaritas y calas, adornado con una cinta que portaba los nombres de los novios, la fecha del enlace y una imagen de la Virgen de la Blanca, junto a una frase en homenaje a su abuela.

La elección del Palacio de San Carlos para la celebración fue el resultado de una cuidadosa selección por su variedad de espacios interiores, necesarios ante la posibilidad de mal tiempo en noviembre. Cristina destacó el trabajo del equipo de QuéPipa, quienes se encargaron de que cada detalle reflejara su estilo personal.

Finalmente, la pareja se siente agradecida por los momentos compartidos con sus seres queridos, resaltando la importancia de disfrutar del proceso de organización de la boda sin dejarse llevar por las presiones externas. Para Cristina, lo verdaderamente significativo es el amor que celebra el día de su boda.

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