Domina tus dudas y haz realidad tu transformación física con expertos entrenadores

Dejar la pereza a un lado y empezar a moverse: el secreto para tener una figura esbelta y sentirse bien

La vuelta a la rutina después de los meses de verano siempre es un reto. Sin embargo, no hay excusas para no empezar a moverse y cuidar nuestra salud. En este artículo, hemos reunido a varios expertos para compartir sus consejos y soluciones para superar el abismo entre la pereza y la motivación.

Cómo empezar una rutina de ejercicio

La clave para empezar una rutina de ejercicio es ser consciente de tus capacidades y ir adaptándolas para superarte poco a poco. No exigirse demasiado y fijar metas realistas es crucial para no abandonar. "Si somos un sujeto activo que acostumbra todo el año a entrenar entorno al menos 2-3 días a la semana de manera eficiente, el parón del verano no deja de representar una ínfima parte variable dentro de nuestra gráfica de actividad física y entrenamientos anual", explica Carlos Bustos, CEO de KMT Studio.

Qué consejos debemos seguir para no abandonar el entrenamiento

Si no estás acostumbrada a hacer ejercicio de forma regular, es normal que al comienzo se te haga cuesta arriba. Por eso, Javier Reig, entrenador personal y fundador de Fitness & Coach, aconseja:

• No empieces de cero a cien: el cuerpo necesita un período de adaptación y es preferible ir en progresión de menos a más que empezar muy motivado entrenando 7 días a la semana y luego abandonar porque tienes muchas agujetas o porque te parece muy duro.
• No tengas prisa por los resultados: si tu objetivo es bajar 5 kilos o correr 10 kilómetros, no intentes conseguirlo en un mes. Si hacemos las cosas bien, los objetivos vendrán poco a poco, pero intenta disfrutar del camino y no obsesionarte con conseguir resultados rápidamente.
• Sigue un programa de entrenamiento que sea compatible con tu día a día: cada uno tiene un trabajo, unos horarios y una vida familiar y es importante que el programa de entrenamiento se adapte a nuestra rutina para que no suponga un gran esfuerzo cumplirlo y al final acabemos por perder la motivación.
• Contrata a un entrenador personal: si no consigues resultados o no sabes por dónde empezar, cuenta con ayuda de un experto para diseñar el programa de entrenamiento. Deja que te enseñe a entrenar correctamente.
• Practica ejercicio en grupo: la motivación es siempre mucho mayor cuando practicas ejercicio en grupo, ya que conoces gente, compartes experiencias y te diviertes más.

Ejercicios para empezar

Aquí te presentamos algunos ejercicios para empezar a moverte:

• Puente glúteo: acuéstate boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo, separados a la anchura de las caderas. Eleva las caderas hacia arriba apretando los glúteos. Asegúrate de mantener los abdominales contraídos para evitar arquear la espalda y mantén la posición por unos segundos. Baja las caderas lentamente de vuelta al suelo. Comienza con 10 repeticiones y ve aumentando gradualmente a medida que te sientas más cómodo con el ejercicio.
• Zancadas hacia adelante: igual que las zancadas hacia atrás pero esta vez, da un paso grande hacia adelante con una pierna, manteniendo la espalda recta. Baja el cuerpo flexionando ambas rodillas hasta que la rodilla delantera forme un ángulo de 90 grados, asegurándote de que la rodilla no sobrepase los dedos de los pies. Empuja con la pierna delantera para volver a la posición inicial y alterna con la otra pierna. Realiza 3 series de 10-12 repeticiones con cada pierna.
• Simulador de comba: salta como lo harías al saltar la cuerda, moviendo los brazos en un patrón circular frente a ti y alternando el movimiento de las muñecas como si estuvieras manejando la cuerda. Alterna levantando cada pie del suelo mientras mantienes un ritmo constante y una postura erguida. Realiza el ejercicio durante 1-2 minutos y descansa aproximadamente 30 segundos. Repite el ejercicio por 3-5 series.

Recuerda que la clave para mantener una rutina de ejercicio es ser consistente y no abandonar. Asegúrate de disfrutar del proceso y no obsesionarte con los resultados. ¡Empecemos a movernos!

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