El otoño invita a disfrutar de la caza, los colores naturales y la calma de una siesta revitalizante.

La naturaleza siempre despierta nuestro asombro, y su belleza se revela de diferentes formas según la perspectiva desde la que la observemos. Cada año, el Museo de Historia Natural de Londres lleva a cabo el concurso de fotografía Wildlife Photographer of the Year, donde más de 50.000 imágenes, tomadas tanto por expertos como por aficionados, presentan visiones únicas del entorno natural. Entre todas ellas, se eligen las fotos más impactantes en diversas categorías. Este año, el reconocimiento mayor ha recaído en la fotógrafa Shane Gross, quien ha capturado una impresionante imagen de cientos de renacuajos nadando en todas direcciones, escondidos bajo los nenúfares del lago Cedar, en Canadá.

En el ámbito de la fotografía de plantas, el premio ha sido otorgado a una espectacular imagen que retrata un paisaje otoñal en los pinos de Glen Affric, en Escocia, donde un árbol se muestra cubierto de líquenes. Además, dentro de la categoría de aves, ha destacado la imagen de un joven halcón entrenando sus habilidades de caza al acechar a una mariposa. También se ha galardonado a una tierna fotografía de un pequeño pájaro que, feliz y libre, contempla el candado de una verja, en la categoría destinada a participantes menores de diez años.

El sector de los mamíferos ha visto premiada la conmovedora fotografía de un macaco durmiendo plácidamente en los brazos de su madre, capturada en el Parque Nacional Wilpattu de Sri Lanka. Por otro lado, en la sección dedicada a los enigmáticos animales invertebrados, se ha reconocido la imagen de unas hormigas que luchan valientemente contra un imponente escarabajo azul.

© SHANE GROSS

El concurso, que ha crecido en popularidad con cada edición, no solo celebra la excelencia en la fotografía de vida salvaje, sino que también busca concienciar sobre la importancia de la conservación del medio ambiente y la biodiversidad. En un mundo en el que muchas especies están amenazadas, estas instantáneas sirven como un recordatorio visual del planeta que habitamos y de la necesidad de protegerlo para las generaciones futuras.

Este año, los premios no solo se limitan a las imágenes ganadoras, sino que también incluyen reconocimientos por la creatividad y la innovación en la narrativa visual. La diversidad de temas y la calidad artística de las fotografías presentadas destacan el compromiso de los fotógrafos con la naturaleza y la fascinante vida que en ella habita. Así, el concurso continúa siendo un punto de encuentro para compartir la belleza del mundo natural y fomentar un diálogo sobre su preservación.