El problema de la insolvencia cada vez afecta a más personas y preocupa a más especialistas en nuestro país. El Consejo General de Economistas de España presentaba a finales del pasado mes de noviembre el análisis “Atlas Concursal 2021” elaborado por el Registro de Economistas Forenses (REFOR) que revelaba distintos datos relacionados con esta casuística. El número de concursos de acreedores, pagos al Fogasa, refinanciaciones, mediaciones, o procedimientos de Ley de Segunda Oportunidad durante el último año fueron objeto de estudio y tras inspeccionar estas cifras se llegó a la conclusión de que España es uno de los países mundiales donde más ha crecido la insolvencia en el último año. Todo ello, en parte, por culpa de la Covid-19 y de sus consecuencias económicas en infinidad de empresas y particulares. 

Y es que si a nivel mundial la insolvencia ha crecido en un 13% en este 2021, en España este porcentaje alcanza el 24%. Mientras que las previsiones para el próximo 2022 son aún más negativas, pues se espera un incremento del 15% a nivel mundial y hasta el 26% en el caso español. Lo que coloca a España como uno de los países con un porcentaje más alto alrededor del mundo. Hasta el punto de ocupar la primera posición en crecimiento en insolvencia empresarial respecto al año 2019. Le siguen en segunda plaza República Checa, con un 14%, y Rumanía en tercer lugar con un 11%.

Los motivos de estas cifras obedecen al peso mayúsculo que las pequeñas y medianas empresas (las grandes afectadas por esta crisis) tienen en la economía nacional. Así como al daño que han sufrido las compañías que viven de la hostelería o del turismo, que se han visto muy perjudicadas por las restricciones impuestas para mitigar la incidencia del coronavirus.

Tampoco puede olvidarse el caso de los autónomos, que también han experimentado un incremento en el número de concursos una vez finalizaron las moratorias concursales y ayudas económicas concedidas a inicios de la pandemia. Si en 2020 hubo 398 concursos en los primeros nueve meses del año, o 326 en 2019, en 2021 estas cifras alcanzan los 1.446 procedimientos en este mismo intervalo. Casi cuatro veces más que el año anterior.

La Ley de Segunda Oportunidad, una de las soluciones

En medio de este clima de adversidad son muchos los particulares que se han lanzado a buscar una solución que les permita pasar página y salir a flote. Uno de los mecanismos legales que más popularidad ha adquirido en los últimos meses a raíz de esta situación límite es la Ley de Segunda Oportunidad. Una ley que básicamente permite la exoneración de las deudas que no se puedan satisfacer, o lo que es lo mismo, que el solicitante quede libre de unas cargas económicas que jamás va a poder pagar por su pronunciado estado de insolvencia. 

Con el fin de conocer con mayor precisión su funcionamiento, el especialista Guillermo Pérez Gómez del despacho Larson & Co Abogados, con oficina en Vélez-Málaga, explica detalladamente quién podrá acogerse a esta ley y qué requisitos deberá cumplir para poder beneficiarse de sus posibilidades.

Él explica que “hasta hace poco sólo podían acogerse a ella las empresas pero ahora también pueden acceder las personas naturales”. Si bien el proceso es un poco diferente en función de si eres empresa o persona natural, Pérez Gómez explica que “el fin es el mismo”. En ambos casos el activo y el pasivo debe ser inferior a cinco millones de euros, situando ahí una limitación inicial a la hora de acceder a esta ley.

De igual modo, explica, “es un requisito indispensable que el deudor haya llegado a un acuerdo con sus acreedores, o que al menos lo haya intentado de forma extrajudicial, para así poder iniciar un proceso de liquidación de sus bienes”. Aunque pueda parecer complejo desde fuera, él insiste en que “los requisitos para poder acogerse a esta ley son muy fáciles y ofrece soluciones reales para gente con una situación de endeudamiento alta”.

Pues no hay que olvidar que “la crisis del coronavirus no solo ha sido una crisis sanitaria y muchos negocios y pequeños autónomos se han visto inmersos en una profunda crisis económica”. De hecho lamenta que el desconocimiento de este tipo de herramientas legales haga que muchas personas queden endeudadas de por vida, cuando precisamente lo que necesitan es eso: una segunda oportunidad que les permita empezar de nuevo y dejar atrás esas deudas que generan importantes episodios de agobio y estrés.

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