Hermanos mayores de la nueva princesa sueca, Alexander, Gabriel y Julian, celebran con orgullo su llegada a la familia real.

Después del trágico ataque en el centro de educación para adultos en Örebro, que ha sumido a Suecia en un profundo luto, la Familia Real sueca ha recibido una noticia que les trae alegría. Este pasado viernes, los príncipes Carlos Felipe y Sofía han dado la bienvenida a su cuarta hija, a quien han decidido llamar Inés, tal como su abuelo anunció durante la mañana del lunes. Para la familia Bernadotte, cada nacimiento es un evento cargado de tradición y protocolo, y esta vez no han faltado los tres hermanos mayores de la duquesa de Västerbotten, quienes han estado presentes en la ceremonia.

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Los príncipes Alexander, de ocho años, Gabriel, de siete, y Julian, de tres, asistieron a la capilla del Palacio Real de Estocolmo de la mano de su padre. Durante la misa Te Deum, celebrada en honor de su nueva hermanita, fueron el centro de todas las miradas. Los pequeños lucieron un aspecto muy formal, vistiendo trajes oscuros con camisas blancas, mientras que su padre optó por un chaqué. Acompañándoles en este evento estaban sus abuelos, el rey Carlos Gustavo y la reina Silvia, junto a sus tíos, la princesa Victoria y su esposo Daniel, así como la princesa Magdalena y Chris O'Neill.

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El servicio religioso en la capilla del Palacio es un ritual que se celebra para conmemorar hechos significativos en la Familia Real, como nacimientos, bautismos y cumpleaños. En esta ocasión, las únicas ausencias fueron las de la princesa Sofía y su pequeña recién nacida, un hecho que se enmarca en la tradición de que tanto la madre como el bebé se queden al margen del Te Deum que tiene lugar unos días tras el parto, tal y como explicó la portavoz de la Corte, Margareta Throgren.

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Por otra parte, se ha querido compartir la alegría del nacimiento con todos los ciudadanos, por lo que se ha habilitado un libro de felicitaciones en el Salón Real del Palacio, el cual también estará disponible en formato virtual a través de la página web de la institución y sus redes sociales. Tras el anuncio del nombre de la nueva nieta del rey, que se vio marcado por un pequeño desliz en su pronunciación, se realizaron 21 salvas en la isla de Skeppsholmen, en Estocolmo, como parte de las tradiciones que marcan este momento de celebración.