La reina Sofía irradia elegancia luciendo un vestido de pedrería y un collar de perlas Kasumiga en un evento destacado.
25/01/2025

La reina Sofía se convirtió en la figura central de la jornada del pasado viernes 24 de enero, al asistir a una ceremonia conmemorativa en París. Este evento celebraba el 150º aniversario de la inauguración del emblemático Palacio Garnier, una de las joyas arquitectónicas de la ciudad. La madre de Felipe VI no quiso perderse esta significativa ocasión, que coincidió con la Semana de la Moda en la capital francesa. Su presencia es notable, especialmente tras su reciente participación en el evento benéfico Stradivarius por la Dana, que tuvo lugar el martes anterior en el Teatro Real de Madrid, donde deslumbró con un conjunto de dos piezas en brocado floral y satén.
A su llegada al evento en la Ópera de París, Doña Sofía fue recibida por varias personalidades, incluido Alexander Neef, presidente de la institución; José Carlos Martínez, director del ballet; y Victorio Redondo Baldrich, embajador de España en Francia. Esta gala adquirió un carácter especial no solo por la solemnidad de la ceremonia, sino también por el trasfondo histórico del edificio, que fue inaugurado el 5 de enero de 1875 en presencia de la reina Isabel II, madre de Alfonso XII y tatarabuela de Juan Carlos I. Durante el evento, la reina volvió a destacar por su elección de vestuario.
La reina Sofía optó por un impresionante vestido largo en un vibrante azul eléctrico. Este diseño, elaborado a medida por el destacado modista español Alejandro de Miguel —su diseñador preferido—, presentaba un cuerpo con mangas largas y un escote envolvente, además de una falda que ofrecía un hermoso movimiento. Esta pieza de alta costura estaba adornada con pedrería y lentejuelas en diversos tamaños y tonos metalizados, lo que la hizo destacar entre los demás asistentes. Como toque final a su vestimenta, Sofía eligió un broche floral de madreperla, oro y diamantes de la joyería Van Cleef & Arpels, que complementó su elegancia.
En cuanto a los complementos, la reina culminó su look con una capa azul medianoche para hacer frente al frío, así como zapatos dorados de puntera redondeada y un clutch brillante. En el ámbito de la joyería, Doña Sofía lució su collar de perlas Kasumiga de triple hilera y unos pendientes pendientes, ambos de la reconocida casa Quirós de Oviedo. Su presencia en medio de la opulencia del evento y los toques de sofisticación en su atuendo reafirmaron su estatus como un icono de la moda y la elegancia, digna representante de la cultura española en un escenario internacional como lo es París.
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