El tráfico rodado, en general, implica un cierto riesgo tanto para el conductor como para el peatón. Evitar consecuencias desafortunadas tanto para la salud y la vida como para el presupuesto es algo que se consigue con una simple diligencia por parte de su vehículo. Se trata de vigilar el estado de los componentes del vehículo.

 

Tanto las situaciones rutinarias como las de emergencia suelen poner a prueba el sistema de frenado del coche. Por ello, las pastillas de freno merecen la atención de los propietarios de vehículos. En términos generales, el sistema de frenado de un coche es una multitud de componentes que garantizan que los frenos se detengan por completo. Antes de iniciar un viaje, compruebe siempre el buen estado de los distintos componentes del sistema de frenado. Las pastillas de freno deben estar «en buen estado de funcionamiento», por lo que la cuestión de su elección a la hora de comprarlas es una de las cuestiones clave cuando se trata de la seguridad vial.

¿Qué son las pastillas de freno?

 

Las pastillas de freno (delanteras y traseras) son una base de metal con una junta específica. Uno de los componentes clave en el funcionamiento de este pequeño sistema es el material de fricción, la grasa que es responsable del sobrecalentamiento de la pastilla y del coeficiente de fricción cuando la mueves. Es difícil responder exactamente qué material de almohadilla es el mejor, ya que cada fabricante tiene su propio enfoque e idiosincrasia.

Tipos de almohadillas según el material

 

  • Orgánicas: fabricadas con fibras orgánicas, son las mejores y más duraderas, pero también las más caras.
  • Amianto: contienen amianto, considerado por muchos un material extremadamente peligroso para la salud humana. Este material hace que las pastillas sean lo suficientemente blandas como para reducir la presión que ejercen sobre los discos de freno.
  • Las almohadillas sin amianto son almohadillas que tienen cobre, virutas de latón, lana de acero y partículas de polímero como materiales de refuerzo.

 

También es habitual dividir las almohadillas en los siguientes tipos según el sentido de la actuación:

 

  1. Originales: se producen cuando el coche se ensambla en la cadena de montaje. Pertenecen a las partes únicas.
  2. No originales: se fabrican específicamente como piezas de recambio para la reparación de vehículos. Cumplen todos los requisitos de funcionamiento y calidad. Son algo más baratas que las pastillas originales, pero no por ello son menos fiables y duraderas en su uso.

Cómo comprobar las pastillas de freno

 

Para comprobar si sus pastillas de freno necesitan ser sustituidas, basta con desmontar las ruedas y comprobar dónde se encuentran las pinzas. Si tienen menos de tres milímetros de grosor, deben ser sustituidos. En total, deben revisarse cada diez mil kilómetros, y sustituirse después de treinta mil kilómetros recorridos.

 

Una de las principales señales de que las pastillas necesitan ser sustituidas es un chirrido metálico al frenar. Esto se debe a la activación de un sensor especial. Roza el disco de freno provocando este desagradable ruido. Esto significa que los frenos deben ser revisados con urgencia.

 

Las pastillas de freno desgastadas también dejan marcas de arañazos profundos en los discos de freno. Si son tan graves, hay que sustituir el disco, ya que podría estar defectuoso. Es mucho más barato hacer rectificar la llanta a tiempo que sustituir una llanta rota.

 

Además, también se debe comprobar el estado de los latiguillos de freno en busca de agujeros y grietas diversas. Un sistema de frenos correctamente sellado es absolutamente a prueba de fugas, y no debería encontrar ninguna gota de líquido en la inspección. Todas las fugas deben ser reparadas ya que suponen un enorme riesgo para la seguridad del conductor del vehículo.

Cómo sustituir las pastillas de freno

 

Procedimiento paso a paso:

 

  • Primero suelte los tornillos de los frenos y luego levante el coche con el gato. Es mejor poner la rueda debajo del coche cuando se hace esto.
  • Las zapatas de freno deben ser accesibles retirando los dos tornillos de las pinzas.
  • No aplique demasiada presión, ya que una presión excesiva puede dañar el latiguillo de freno.
  • Tras el cambio, la pinza debe volver a colocarse en su sitio.
  • Primero hay que volver a colocar el pistón en su sitio, esto se puede hacer arrancando el motor, lo que permitirá colocar el pistón en su posición con la mano. Después, sólo tendrás que conectar los dos cables: el cable de la pastilla de freno al cable que sale de la carrocería.
  • Coloque la rueda en su sitio, alinee los agujeros de la rueda y del disco de freno y apriete los tornillos opuestos en la siguiente secuencia: inferior y superior, izquierda y derecha.
  • A continuación, se puede bajar el gato. A continuación, atornille los pernos con la mayor firmeza posible.

Puntos destacados de la sustitución

 

La sustitución de los discos de freno tiene sus propios secretos. Por ejemplo, el uso de un solo gato tardará mucho más que el trabajo con dos gatos o con un gato especial para coches. Además, recuerde que las pastillas de freno traseras no deben sustituirse por las delanteras. Asimismo, la pastilla de freno izquierda no debe sustituirse por la derecha.

 

Por lo tanto, la cuidadosa atención que preste a su coche y la oportuna sustitución de las pastillas de freno y sus componentes son una forma segura de hacer que su viaje sea más seguro en la carretera.

 

Las fuentes de información para este artículo fueron:

 

Información sobre las pastillas de freno en www.recambioscoche.es

Causas de los fallos de las pastillas de freno – www.actualidadmotor.com

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