Luca y Paty comparten características idénticas que sorprenden a expertos y generan interés en la comunidad.
01/12/2024

El pasado 22 de diciembre, Christian Gálvez celebró un acontecimiento especial en su vida: el nacimiento de su hijo Luca, fruto de su relación con Patricia Pardo. Este momento marcó un hito en su historia personal, añadiendo un nuevo capítulo a su fructífera unión con la presentadora, a quien conoció hace casi tres años y con quien contrajo matrimonio en julio de 2022. En la actualidad, Christian se siente realizado en su rol de padre al lado de “la mujer de su vida”, a quien ha dedicado su reciente novela histórica, Te he llamado por tu nombre.
La novela se sitúa en la Jerusalén del siglo I, comenzando con la crucifixión de Jesucristo y avanzando hacia el año 70, cuando las fuerzas de Tito buscan sofocar la revuelta judía. El autor introduce al protagonista en una encrucijada: "Es sobrino de un apóstol y conoció a Jesús en su infancia, pero también es hijo de un líder zelota. Se enfrenta a la difícil decisión de seguir el camino de la violencia de su padre o optar por el amor, el perdón y la misericordia”.
—¿Qué te motivó a escribir Te he llamado por tu nombre?
—Es un reflejo de mi historia de amor. Desde siempre soñé con visitar Jerusalén y, en mayo del año pasado, Patricia me propuso hacerlo realidad. Mi fascinación por todo lo relacionado con Jesucristo comenzó a los 15 años con la lectura de El caballo de Troya. Esta obra está impregnada de mi propia vivencia con Paty, quien me animó a expresar mis deseos sin temor a las opiniones ajenas.
—¿Cuál es el enfoque de la narrativa?
—Jacob, el personaje central de la historia, encapsula aspectos de cada uno de nosotros. Todos atravesamos momentos de fe y desconfianza, buscando respuestas no solo en la religión, sino también en amor, amistad y en nosotros mismos. A veces, nos cuestionamos: '¿Realmente soy capaz de esto?'.
—¿Te has enfrentado a crisis existenciales?
—Sin duda. He tenido fe, la he perdido y la he recuperado. A lo largo de mi vida, también he tenido momentos de inseguridad, tanto en lo personal como en mi carrera profesional. La vida pública conlleva tanto alegrías como momentos difíciles.
—¿Cómo te encuentras actualmente?
—Gracias a Dios, he alcanzado mis objetivos, que son el hilo conductor de mi libro. Estoy disfrutando de una felicidad plena.
—Luca cumplirá un año el 22 de diciembre.
—Quiero disfrutar cada instante. Es muy espabilado y aprende rapidísimo. Cuenta además con dos hermanas que le adoran, y él las quiere mucho, así como a su madre.
—¿Ya habla Luca?
—Apenas dice papá y mamá. No se puede considerar que hable todavía, pero muestra interés. Cuando adquiera dominio del lenguaje, no parará de hablar.
—¿Estabas presente cuando dijo papá por primera vez?
—No, vi un video que me mandó mi mujer y me emocioné al verlo.
—Según Patricia, Luca se parece a ti.
—Es idéntico a su madre. Por fortuna, tiene sus rasgos: nariz y ojos, son de ella.
—¿Y en cuanto a su carácter? ¿Os deja descansar?
—Es un niño encantador. Muy activo y fuerte; una verdadera bendición.
"Lo que realmente importa"
—¿En qué ha cambiado tu vida la paternidad?
—Siempre lo supe, pero he reafirmado que lo verdaderamente importante son los que están cerca y lo que sucede en casa. El exterior puede ofrecer aplausos o ruido, pero lo que cuenta es la confianza, el amor y el respeto que cultivamos juntos. El futuro familiar y el propósito en conjunto son lo que realmente marcan la diferencia.
—¿Cómo te defines como padre?
—Soy un padre totalmente entregado, apasionado y atento. Creo que esto es lo más común.
—Patricia comentó que antes de nacer Luca ya habías hecho tus pinitos con sus hijas…
—Es un tipo de adaptación diferente, ya que las niñas tenían cuatro y seis años cuando las conocí. Mi mujer se refiere a la dedicación. He dejado de lado ciertas actividades en beneficio de la familia, apoyando a Patricia. Ha sido un gesto voluntario de entrega y amor, facilitado por ella y, sobre todo, por las niñas, que también deben permitir que alguien entre en su vida.
—¿Te ha resultado complicado compatibilizar la paternidad y el trabajo?
—No ha sido difícil. El último periodo del embarazo de mi mujer y el primer año de vida de Luca han coincidido con un periodo de menor actividad televisiva para mí, por lo que ha sido manejable.
—¿Estáis considerando tener otro hijo?
—Como dice Paty, 'no diré de este agua no beberé'. No es un 'no' absoluto, pero tampoco un 'sí' rotundo.
—¿Te gustaría tener otro?
—Prefiero disfrutar del tiempo con Lucas.
—Patricia menciona que entraste en su vida como un torbellino. ¿Eras el complemento que necesitabas?
—Sin duda que sí. Yo también estaba buscando a alguien como Paty. Su llegada fue decisiva en un periodo complicado de mi vida, aportando luz a mi camino. Me hacía falta una guía. Empezamos a conectarnos cuando le ofrecieron escribir un libro, y decidí ayudarla en ese proceso.
—¿Os conocisteis gracias a un libro?
—Sí, fue en el contexto de la oferta que recibió Patricia para escribir uno. Ella estaba indecisa y habló con mi editor, yo me ofrecí a echarle una mano. Así empezaron los encuentros.
—¿Desde el principio hubo algo entre vosotros o fue poco a poco?
—Fue algo gradual. A medida que pasaba el tiempo, me di cuenta de la buena conexión que había con Paty. Un día mencioné que me gustaba y rápidamente me hicieron la advertencia: 'Ten cuidado, tiene hijos'.
—¿Te advertían sobre eso?
—Sí, pero yo veía a la persona y su historia, sabiendo que era una madre divorciada.
—¿Qué cualidades valoras de ella como persona?
—¡Es imposible resumirlas! (ríe). Destaco su nobleza, perseverancia y cómo enfrenta los retos. Su dedicación a la familia y su amor incondicional son admirables. Además, tiene un gran profesionalismo y siempre busca la excelencia de manera generosa.
"Nos sentimos expuestos"
—Al principio, fuiste muy reservado sobre tu relación. Ahora hablas de ella sin reparos.
—El amor no se oculta. Paty y yo comenzamos a enamorarnos, pero se hizo público antes de que pudiéramos conocernos mejor. Eso llevó a que otros opinaran y trataran de aplicar lógicas que no tienen sentido en una relación amorosa. Nos vimos vulnerables sin buscarlo, y ni siquiera tuvimos tiempo suficiente para afianzar nuestra conexión antes de que el mundo opinará.
—¿Era demasiado pronto en ese momento?
—Sin duda, era prematuro. Afortunadamente, todo se fue encajando. Me divierte que la gente diga que nuestra boda llegó demasiado pronto. Desde que conocí a las niñas, fue como si ya estuviéramos unidos. No había anillo ni notario, pero ya había un compromiso implícito. A partir de ahí decidimos avanzar sin temor, pese al ruido exterior.
—¿Y en cuanto a la propuesta de matrimonio? ¿Eras tú quien lo hacía?
—Ambos lo hicimos a la vez. Quería sorprenderla en nuestro lugar favorito de Santiago, el parque de la Alameda. Allí lo hice y ella también lo pidió. Me dejó hacer lo primero, y después ella lo hizo.
—¿Tú te adelantaste?
—Sí, pero fue muy especial porque ocurrió en un lugar que amamos.
—¿Cómo recuerdas el día de tu boda?
—Era un mero trámite para formalizar lo que ya sentíamos. Lo fundamental, antes del nacimiento de Luca, fue conectar con sus hijas. Fue el momento en que sentí que formaba parte de una familia. El día de la boda fue sólo una formalidad, nos preparamos, hubo nervios, pero lo importante fue pasar tiempo íntimo juntos y compartir un desayuno antes de firmar en la notaría.
—Centrémonos en tu carrera. ¿Qué proyectos tienes en mente?
—Voy a presentar los especiales de Nochebuena y Nochevieja en Telecinco. Además, estoy involucrado en nuevos proyectos con mi productora, Félix Media, que actualmente está trabajando en un documental que posiblemente se estrene en plataformas como Amazon, Disney, Max o Netflix. También, mi productora está detrás de programas como Socialité y La verdad.
—¿Has visto Pasapalabra en Antena 3?
—No. Roberto es un gran profesional y es un excelente presentador para el formato, pero el final de mi etapa en ese programa fue extraño y muy complicado. Preferí no verlo.
—Se aproximan las Navidades, ¿los ves de manera diferente ahora?
—Anteriormente, me afectaban las ausencias familiares. Ahora, la mejor forma de honrarlas es viviendo plenamente a través de mi hijo y mi familia. Este año, aunque aún no hemos decidido, probablemente viajaremos a Galicia.
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