El turismo urbano y nacional pasa por un buen momento actualmente, y en este ámbito Málaga y Sevilla se sitúan en la punta de lanza del panorama español y andaluz.

Ya desde antes de la pandemia, tanto Málaga como Sevilla estaban experimentando una transformación y un fuerte crecimiento en cuanto al tipo y la cantidad de turismo que estaban recibiendo. Desde el verano de 2020, esta tendencia se ha ido incrementando en parte debido a las restricciones de viajes internacionales, que han hecho que muchos españoles busquen destinos más cercanos para sus vacaciones.

Pero por otro lado, la causa de esta tendencia se encuentra también en la amplia oferta turística, patrimonial y cultural que ofrecen las dos ciudades.

Málaga, más allá de la playa

La provincia es un referente para el turismo de sol y playa por la calidad de sus costas, sus paseos marítimos llenos de vida y su gastronomía. Pero lo cierto es que Málaga lleva años esforzándose por transformarse en un destino turístico con decenas de planes más allá de la costa, y preparado para recibir visitantes durante todo el año, y no sólo en la temporada estival.

El panorama cultural y artístico malagueño se encuentra en pleno apogeo, y es un destino ideal para los apasionados del arte moderno. El Museo Ruso, el Museo Picasso, el Thyssen, el Centro de Arte Contemporáneo… La oferta es amplia y estimulante.

 

Sevilla, transformación e identidad

Por su parte, Sevilla, como capital andaluza, sorprende por todo lo que se puede hacer en ella. Su oferta cultural es distinta a la de Málaga pero no menos interesante, ya que su punto fuerte es un panorama más tradicional y basado en la identidad sevillana. El patrimonio cultural de Sevilla es envidiable, con hitos como su catedral, la iglesia de Triana, la plaza de España…

También tiene una abundante oferta de ocio, y podrás disfrutar de la noche sevillana o comer en los mejores restaurantes tanto tradicionales como modernos. Sevilla es una ciudad cosmopolita que no pierde su personalidad y su esencia, y por eso encanta a los visitantes.

El turismo como salvavidas

La importancia que tiene el turismo para las ciudades, así como su poder transformador en muchos sectores y subsectores, lleva demostrándose durante muchas décadas en nuestro país, pero en estos tiempos de pandemia se ha hecho especialmente evidente. Málaga y Sevilla son dos claros ejemplos de cómo gracias al turismo las ciudades han visto transformada su idiosincrasia, convirtiéndose en lugares más dinámicos que no sólo atraen a los visitantes, sino que gustan más a los residentes.

Este panorama es un foco de atracción ideal para start ups, empresas con base tecnológica, y también es ideal para el crecimiento de universidades y otros centros culturales. La prosperidad del sector turístico se extiende a otros muchos ámbitos económicos, laborales y culturales.

En Sevilla, la pandemia ralentizó las inversiones en el sector turístico, pero no llegaron a paralizarse del todo. Y desde el año pasado, la recuperación ha sido vertiginosa, llegándose a cifras anteriores a 2020. La situación ha puesto de manifiesto la importancia del turismo para Sevilla, ya que tiene un efecto multiplicador en otros muchos sectores. Esto ha servido para sensibilizar a la población de que el turismo es la base de la economía española y andaluza, y se debe invertir en su apoyo.

En Málaga se ha hecho el esfuerzo por crecer de manera natural, apostando por la cultura, el arte, los congresos y la gastronomía, que han hecho que el turismo urbano crezca notablemente frente al turismo de playa, tanto en los años previos a la pandemia como actualmente.

 

La importancia de la cooperación

Tanto desde Málaga como desde Sevilla, se defiende la cooperación entre ambas ciudades para alcanzar un objetivo común que beneficie al conjunto de la población. Se es consciente de la importancia de aunar potencialidades para crear un nuevo gran eje económico en España.

El pasado mes de noviembre se celebró en Sevilla la conferencia ‘La pujanza del sur, una oportunidad para el desarrollo de España’ de la mano de Civisur (Unión Cívica del sur de España). En ella, Francisco Salado, el presidente de la Diputación de Málaga, hizo hincapié en la necesidad de establecer vías de colaboración en materia turística, tecnológica, logística y agroalimentaria entre dos territorios que, según sus palabras, comparten «vocación de liderazgo económico, político, social y cultural en Andalucía».

En este sentido, se ha incidido en la importancia de mejorar la movilidad entre los dos territorios, especialmente a través de nuevas y mejores comunicaciones ferroviarias. La ampliación y renovación de las infraestructuras y los servicios de los dos aeropuertos también se define como una necesidad a la hora de fortalecer el turismo internacional, un sector que ha sufrido mucho durante el tiempo de pandemia y que se lucha aún por recuperar.

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