Minerva Piquero y su hija Gabriela Andrada comparten su debut cinematográfico en una emotiva sesión de fotos.

Gabriela Andrada, una joven actriz con un enfoque claro y decidido, se encuentra en un momento clave de su carrera al protagonizar su primera película, Pídeme lo que quieras. Este proyecto, basado en la popular novela erótica de Megan Maxwell, ha suscitado un notable interés antes de su estreno. Acompañada por el actor italiano Mario Ermito, Gabriela se siente lista para enfrentar los retos que su nueva etapa profesional le depara.

Desde su adolescencia, Gabriela ha estado trabajando arduamente en su formación como actriz, participando en múltiples castings y esforzándose por superar sus inseguridades. Su papel en la serie Culpa mía, que pronto estrenará su segunda temporada, la ha colocado en el foco público, marcando un paso significativo en su trayectoria. Ahora, con Pídeme lo que quieras, se enfrenta a una oportunidad que ha tardado años en llegar.

—Gabriela, cuéntame sobre tu primer papel protagonista. ¿Qué significó para ti?

—Me resulta curioso que lo que menos me costó fue la parte erótica de la historia. Las escenas íntimas son, en cierto modo, más sencillas porque no requieren diálogo, y las mujeres sabemos fingir bien —bromea—. Sin embargo, la desnudez me generaba inquietud. A pesar de no ser una persona pudorosa, cada uno tiene sus propias inseguridades. He trabajado en aceptarme y en recordar que si a la audiencia le gusto, yo también debo hacerlo. Al verme, me di cuenta de que muchas veces nos preocupamos demasiado por la apariencia y sufrimos más de lo que deberíamos. Sobre el personaje, ya tener una base nos ayudó, y aunque los lectores tienen sus propias visiones, solo puedo ofrecer mi interpretación y esperar que les guste.

—¿Qué esperas sobre la acogida de la película?

—Me he enfrentado a muchas expectativas. Mi familia y amigos están convencidos de que será un gran éxito, pero prefiero mantenerme realista. No quiero anticipar que este será un punto de inflexión en mi carrera para no generar falsas ilusiones.

—¿Y sobre la fama que conlleva tu trabajo en la interpretación?

—La fama es un tema complicado. En mi caso, he intentado mantener los pies en la tierra y dejarme sorprender por lo que venga. Aún así, el camino hasta aquí ha sido largo y lleno de obstáculos. Hace cinco años empecé a trabajar con un representante, pero ha sido un proceso de aprendizaje constante. He tenido que interiorizar muchas técnicas y habilidades para estar lista para el momento en que surgiera una oportunidad.

—Hablando de adversidades, ¿te ha costado llegar aquí?

—He enfrentado dificultades significativas. Más de una vez, después de un accidente de tráfico que sufrí, estuve lejos del escenario y sentí que había retrocedido. Aun así, estoy orgullosa de mi retorno y de haber seguido adelante.

—¿Qué te gustaría probar en el futuro?

—La comedia negra me interesa mucho, especialmente el estilo de actores argentinos como Ricardo Darín. Me gustaría explorar personajes más complejos y oscuros, también experimentar con cine más arriesgado, como el de la directora Julia Ducournau.

Minerva Piquero, una madre orgullosa

—Mi hija ha estado luchando por su sueño desde que era muy pequeña. En mis momentos de duda, siempre he intentado apoyarla, a pesar de las dificultades inherentes a esta profesión.

—¿Te asusta la fama que puede llegar a tener?

—No puedo evitarlo, es una preocupación natural. Actualmente, las redes sociales complican el proceso de ser conocida. En mi tiempo, era un poco diferente. Pero siempre le aconsejo a Gabriela que se concentre en lo importante y que no pierda el foco en lo que realmente importa: su arte y su pasión.