La definición de apropiación cultural se ha convertido en un tema de discusión en los últimos años en vista de que mientras un bando asegura que es un fenómeno ofensivo para ciertas culturas, otra facción considera que dicha realidad ni siquiera existe. Sin embargo, cada vez parece ser más común ver fusiones culturales en la industria de la moda, algo que ha despertado reclamos en las comunidades étnicas, las cuales señalan esta tendencia como un robo cultural que banaliza las costumbres de los pueblos originarios. En esta reseña repasamos el concepto y analizamos algunos ejemplos y opiniones con respecto al tema que día tras día cobra más relevancia.

La introducción de elementos culturales ajenos a las sociedades dominantes ha sido un asunto ampliamente debatido entre sociólogos, antropólogos y psicólogos que no logran hallar un punto en común en cuanto a sus consecuencias. Basta con ingresar a la web y buscar Ensayos estudiantiles sobre apropiación cultural para hallar una definición que pueda servir como punto de partida para la discusión del tema. La manera más básica de definirla es como el acto de aprovechar elementos de una cultura ajena y explotarlos en la propia. En principio parece ser algo inofensivo, pero a lo largo de la historia contemporánea se han presentado casos que rayan en lo ofensivo.

Ya es algo común ver prendas tradicionales étnicas en la escena pop, introducidas muchas veces por personalidades del mundo del espectáculo. No es sencillo definir si es homenaje o transgresión cultural cuando aparece una Barbie con indumentaria del día de los muertos y una Katy Perry vestida con ropas tradicionales japonesas. El punto del debate que este tópico siempre despierta se basa en el contexto de la situación, pues mientras algunos ven como una falta de respeto que alguien use elementos étnicos de regiones ajenas, otros lo interpretan como producto de la globalización.

Ante las circunstancias, en las aulas de universidades los estudiantes están discutiendo el tema con la intención de entender si tener una experiencia inmersiva en culturas ajenas es un acto de apropiación cultural. Para el profesor Erich Hatala Matthes es fundamental considerar el contexto al momento de tildar una situación como apropiación. El docente de la Wellesley College de Massachusetts acotó en una entrevista que el respeto es clave a la hora de encontrarse en contextos culturales distintos al propio.

«Intentar ser respetuoso con los que tienen la experiencia y el conocimiento cultural, y escuchar lo que te dicen sobre cómo usar la ropa o cómo actuar con respeto dentro de ese contexto», resaltó Matthes.

 

Parece ser que la industria de la moda se ha pasado esto por alto en varias ocasiones según denunció la Secretaria Cultural de México, cuando hizo frente a marcas como Patowl, Zara y Antropologie, las cuales usaron para sus prendas diseños hechos por etnias indígenas mexicanas. A pesar de los reclamos hechos por el gobierno mexicano, las empresas se mantuvieron firmes asegurando de ninguna manera aprovecharon las artesanías del pueblo mixteco para plasmarlas en su mercancía.

Otras marcas que han sacado al mercado piezas basadas en otras culturas son Gucci, la cual puso en venta un turbante por casi $800, y Kendall Jenner, quien lanzó su tequila 818 causando conmoción e indignación en un sector del público que tildó la situación como un caso de apropiación cultural.

Kelly H. Chong, profesora de sociología de la Universidad de Kansas dibuja una línea entre el respeto y la intención del beneficio lucrativo observan si el grupo que toma elementos tradicionales de otras regiones tiene mayor privilegio que el resto. De ser así, se trata de apropiación cultural, puesto que en el proceso dichos factores se “exotizan y erotizan”, denigrando así su valor.

Para disfrutar y valorar elementos de culturas distintas a la propia, es fundamental aprender a hacerlo. Se convierte entonces en una asunto que la educación puede resolver, al inculcar el respeto a las tradiciones, a las personas y al entorno. También resultaría pertinente brindarles pagos justos a los pueblos indígenas que elaboran artesanías, de manera que reciban beneficios por compartir sus tradiciones con la industria de la moda.

Tratar el tema con delicadeza y empatía puede ser el caldo de cultivo perfecto para generar simbiosis entre las culturas dominantes y las menos dominantes, borrando además las barreras que durante siglos han existido. Estos intercambios culturales pueden generar productos asombrosos para el beneficio de la humanidad, como nuevos ritmos, nuevas gastronomías e incluso nuevas sociedades. Al final todo se resume en respeto y reconocimiento.

 

Robert Griffith,

Escritor e investigador, con diversas publicaciones en temas de sociología y política, exponente del pensamiento crítico y apasionado por la enseñanza.

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