La elección del sistema de calefacción de una vivienda depende de varios factores, como las dimensiones del hogar, las características del inmueble y la zona geográfica. Los expertos en mantenimiento y reparaciones de electrodomésticos ServicedeAsistencia explican cuáles son los diferentes tipos de calderas y cuál es la mejor.

Las calderas son electrodomésticos utilizados para la calefacción de la vivienda. A diferencia de otros sistemas de calefacción y calentamiento del agua, las calderas ofrecen, además, la generación de agua caliente sanitaria (ACS) disponible para el consumo humano. Los expertos distinguen entre varios tipos de calderas. Para ello, emplean dos clasificaciones distintas: dependiendo del combustible y dependiendo del funcionamiento de la caldera. En el primero de los casos, tal como aclaran los especialistas, se distinguen varios tipos de calderas, las de gas natural, las de gas propano, las calderas de gasoil, las eléctricas y las de biomasa o pellets. Así mismo, en la segunda clasificación —según el funcionamiento del electrodoméstico—, comentan que se encuentran las calderas atmosféricas, las estancas, las de baja emisión de NOx y las de condensación.

Para los especialistas, antes de elegir entre un sistema de calefacción u otro, se debe barajar también la posibilidad de optar por un termo o un calentador, dependiendo de algunas variables. Estas son las dimensiones de la vivienda, la zona geográfica —y la temperatura del lugar—, el uso que se le vaya a dar al agua y el consumo de energía. “Las calderas nos proporcionan calefacción, además de agua caliente sanitaria. Ahora bien, son de mayor tamaño que los calentadores y los termos”, explican desde ServicedeAsistencia. “Estos electrodomésticos son los más recomendados para viviendas de grandes dimensiones y para lugares en los que suele hacer bastante frío, si bien es cierto que cada vez encontramos modelos más reducidos y con la misma función. Las calderas sirven para abaratar considerablemente el coste de las estufas o placas eléctricas”, aclaran. Para los técnicos en reparación de calderas, la diferencia principal entre estos electrodomésticos radica en la forma en la que se realiza la combustión. “La principal diferencia entre un tipo de caldera y otra tiene que ver con la forma en la que entra el aire necesario para la combustión y para la salida de los gases al exterior, independientemente del combustible que utilicen”, resaltan.

En la actualidad, la calefacción de gas natural es la más utilizada en España. Esto se debe a que el precio del combustible es menor que el de otros combustibles fósiles. Tal como se refleja en los principales estudios sobre energía, la calefacción natural a gas sitúa el consumo entre 0,04 y 0,06 euros/kWh. Ahora bien, los especialistas resaltan que aparte de la calefacción de gas natural, la de butano o la eléctrica se han popularizado otras alternativas como la biomasa o pellets. “El gasto energético es muy reducido en estos casos, pero también debemos tener en cuenta el tamaño que ocupa, su rendimiento y el espacio que necesita para su funcionamiento, así como el precio del electrodoméstico final”, matizan.

La caldera de gas natural de condensación, la mejor opción según los expertos

Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) la caldera más recomendada para la mayoría de las viviendas es la de gas natural de condensación, concretamente la caldera mural mixta que ofrece un sistema de calefacción y agua caliente sanitaria. Según explican los expertos, este tipo de calefacción del hogar se convierte en una de las mejores opciones debido a que tiene un gran rendimiento, es eficiente y resulta poco contaminante. Además, conviene a la mayoría de las viviendas y zonas climáticas, complementándose con los radiadores.

Según las estimaciones realizadas por varias organizaciones, las calderas de condensación de gas natural permiten ahorrar un 30% de la energía en comparación con las convencionales, además, reducen hasta un 70% de las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2). En cuanto al rendimiento, este suele ser superior al 100%, aunque depende de la situación. Por ejemplo, cuando trabajan a baja temperatura y funcionan con radiadores, también, con baja temperatura o suelos radiantes. Las calderas de condensación cubren la potencia de hasta 40 kW, aunque la más habitual es la de 24 kW. Estos electrodomésticos funcionan mediante el sistema de condensación. “Estas calderas aprovechan el calor latente de la condensación que está presente en los vapores del agua y que están contenidos en los gases de la combustión. De esta forma, se calienta el agua que circula por la misma y por el sistema de calefacción”, explican desde ServicedeAsistencia.

Gracias a esta tecnología, a partir de la cual se aprovecha el calor generado por la condensación, estos electrodomésticos consumen una cuarta parte menos de energía que lo que pueden consumir las calderas convencionales. Además, las mismas funcionan según la demanda de los usuarios. Es decir, trabajan modulando, lo que supone un importante ahorro para la energía según los profesionales; y sin paradas “de manera que resultan mucho más silenciosas que cualquier otra caldera”, concluyen.

Mantenimiento de las calderas de gas natural de condensación

El mantenimiento de las calderas de condensación de gas natural requiere tener en cuenta varios aspectos. Ello permite evitar la aparición de averías, así como mejorar la eficiencia en el consumo. Tal como leemos aquí, para llevar a cabo un adecuado mantenimiento de una caldera es necesario tener en cuenta la presión del agua, ajustar los termostatos, fijarse en la llama del quemador y revisar cada cierto tiempo el electrodoméstico. Así mismo, es importante fijarse en que la caldera y la instalación cumpla con la legislación. Según explican los especialistas, cumplir con la legislación es fundamental para asegurarse de que la caldera instalada en casa se adapta a todas las medidas de seguridad sin presentar ningún riesgo.

Por ello, advierten los profesionales que se preste especial atención a las recomendaciones que ofrecen los técnicos para evitar sustos y que se proceda a la sustitución del electrodoméstico en caso de que esta esté para retirar. “Si la caldera es muy antigua o si no se ha llevado a cabo un adecuado mantenimiento con el paso de los años, es posible que esta presente fugas o que no realice adecuadamente la evacuación de los gases, por lo que puede suponer un riesgo para los usuarios. Es muy importante realizar un mantenimiento adecuado para evitar riesgos con la caldera”, matizan desde ServicedeAsistencia.

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