Sábado sin rastro: ¿dónde están los 9.000 trabajadores diarios que descienden a la Costa?

El pasado sábado, un gran número de ciudadanos se manifestaron en las calles de Ronda para solicitar, de forma justificada, la mejora de las comunicaciones en la Serranía y la construcción de una autovía que conecte con Málaga. Según la Policía Nacional, había alrededor de 1.200 personas, mientras que la Policía Local elevó la cifra a 2.500. Lo cierto es que, si consideramos un número más amplio, en la protesta se congregaron cerca de 3.000 personas, en su mayoría mayores de 50 años, lo que sugiere que los más jóvenes de la Serranía optaron por no participar en esta movilización.

En este contexto, la manifestación sirve como punto de partida para una reflexión relacionada con la participación de los trabajadores que, de lunes a viernes, se desplazan a diario a la Costa. Se estima que unos 9.000 empleados de Ronda y sus alrededores se ven comodamente afectados por el cierre de la carretera A-397, que une la Ciudad del Tajo con San Pedro de Alcántara. Sin embargo, el pasado sábado, muchos de estos trabajadores no se hicieron presentes en la jornada de protesta. Si se sienten perjudicados por un desvío que les implica un coste adicional en combustible y un recorrido de dos horas para llegar a sus puestos de trabajo, cabe preguntarse: ¿qué les impidió unirse a sus conciudadanos en esta demostración de descontento?

Además, es interesante notar que la manifestación fue convocada por Apymer, sin embargo, la mayoría de los comercios del centro de Ronda no se sumaron a la causa, permaneciendo abiertos durante la protesta. Esta situación resulta incomprensible, ya que si una problemática está afectando directamente a la forma de ganarse la vida de los comerciantes, la expectativa sería que alzaran su voz y se unieran al reclamo de sus vecinos.

Históricamente, se ha señalado que el carácter de los rondeños y, por extensión, de los serranos, es apático y poco inclinado a movilizarse por cuestiones que les afectan. Sin embargo, en esta ocasión se presentaba una oportunidad casi inigualable, facilitada por la organización de la Plataforma Autovía Ronda Ya! y Apymer, y la respuesta fue inferior a lo esperado. La pregunta es: ¿qué está pasando para que, a pesar de la evidente preocupación, la gente no se movilice?

Con el ánimo de transformar la situación actual, los ciudadanos deberían aprovechar las manifestaciones como una plataforma para visibilizar sus reclamaciones y unirse en la defensa de sus intereses. El momento de actuar es ahora; no basta con comentar descontentos en las redes sociales o dejar que otros tomen la iniciativa. La fuerza de la comunidad radica en la unión y la movilización. Por ello, el llamado es claro: es necesario que todos los afectados por estas decisiones se unan en un solo coro de reivindicación para que las administraciones escuchen y atiendan sus demandas.

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