Una historia de amor se entrelaza con el legado del mayor espectáculo del mundo.
16/01/2025

A punto de cumplir 60 años, Estefanía de Mónaco disfruta de una etapa dorada en su vida. A finales de 2024, recibió la feliz noticia de haberse convertido en abuela por segunda vez y se mantiene como un pilar fundamental para su hermano, el príncipe Alberto. La Princesa continúa comprometida con diversas causas que le apasionan, muchas de las cuales han sido parte de su vida durante décadas. Una de sus grandes aficiones es el circo, amor que heredó de su padre, el entrañable príncipe Rainiero.
Un año más, la hermana de Carolina de Mónaco ha dado el pistoletazo de salida al 47º Festival Internacional de Circo de Montecarlo. Este año, rodeada de malabaristas, acróbatas, payasos, magos e incluso un elefante, la Princesa participó en la inauguración de este evento tan esperado, que tuvo lugar bajo la carpa de Fontvieille. Además, se llevará a cabo la 12ª edición del festival paralelo Nueva Generación.
En esta edición, la princesa Estefanía estuvo en compañía de la conocida estrella circense Petit Gougou, quien actuó como maestro de ceremonias. Los organizadores adelantaron que “esta edición será memorable, con actuaciones que rozarán lo imposible. Se espera que se establezcan varios récords”.
Este certamen no solo ofrece un espectáculo, sino que también es una competencia. Del 17 al 19 de enero se presentarán todos los actos seleccionados, y el jurado dará su veredicto el 21 de enero, durante la gala principal. Es habitual que la Princesa Estefanía, junto a varios miembros de la familia Grimaldi, acuda a contemplar las actuaciones.
Estefanía de Mónaco desempeña un papel activo como presidenta del festival. Es reconocida como la ‘ancla de los artistas’ y tiene el honor de dirigir la Fundación Mundial del Circo.
Un amor por el circo heredado de su padre
El Festival Internacional de Circo de Montecarlo fue instaurado por el príncipe Rainiero como una muestra de su pasión por esta forma de expresión artística. Su objetivo al fundar el evento era brindar apoyo a los artistas y familias del mundo circense. Entre quienes han heredado este amor por el circo se encuentra Estefanía de Mónaco, quien sigue viviendo el legado de su padre de forma activa y comprometida.
Estefanía ha absorbido de cerca la vida circense, incluso sus hijos han formado parte de diversos números. En primera instancia, participó junto al domador de elefantes Franco Knie y luego con el acróbata Adams Peres. En la gran carpa, hemos visto crecer a los hijos de los príncipes Rainiero y Grace, y ahora es un placer observar a sus nietos y bisnietos disfrutar del espectáculo.
En 2001, ¡HOLA! documentó el cambio de vida de la princesa Estefanía, quien optó por dejar las comodidades del Palacio Grimaldi para vivir cerca del circo. Aunque su relación con Franco Knie no prosperó, su amor por el mundo circense se mantiene intacto. El domador mencionó en una entrevista que Estefanía es “una mujer alejada del estereotipo de princesa, que disfruta de una vida sencilla y familiar, haciendo las compras y cuidando de sus hijos”. Este aprecio por lo cotidiano y su autenticidad es lo que la distingue en el mágico entorno del circo.
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