El Ayuntamiento ha propuesto una reforma que busca entubar el arroyo Blanquillo, reducir el tráfico y preservar las sombras existentes en la localidad. Sin embargo, esta medida ha generado controversia entre los vecinos y la oposición debido a que implicará la desaparición de árboles de gran tamaño, sin ofrecer una solución definitiva para prevenir posibles riadas.

A pesar de los argumentos del Ayuntamiento sobre la necesidad de llevar a cabo esta reforma, los residentes y otros grupos se oponen a la idea de sacrificar árboles de gran porte en el proceso. Consideran que la pérdida de estos ejemplares naturales supone un impacto negativo en el entorno y en la calidad de vida de la comunidad.

Además, la propuesta del Ayuntamiento no garantiza una solución permanente para prevenir inundaciones en la zona. Los críticos de la reforma señalan que entubar el arroyo Blanquillo y reducir el tráfico no aborda de manera efectiva la problemática de las riadas, lo que podría poner en riesgo a los residentes y propiedades en caso de fuertes lluvias.

La disputa entre los defensores y detractores de la reforma ha generado un debate público en la localidad, con manifestaciones y peticiones para encontrar alternativas que permitan preservar los árboles y brindar una solución integral para la gestión de las aguas pluviales. Los opositores alegan que es posible implementar medidas de prevención de inundaciones sin tener que recurrir a la tala de árboles, y proponen explorar opciones más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.

Ante esta situación, el Ayuntamiento se encuentra en la tarea de buscar un equilibrio entre las necesidades de infraestructura y la protección del medio ambiente. Aunque la reforma plantea desafíos y controversias, es fundamental encontrar un consenso para garantizar la seguridad de la comunidad y la conservación de los recursos naturales en Alhaurín.

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