A medida que nos acercamos al día del libro, es notorio que en las bibliotecas escolares hay una ausencia de escritos de los propios alumnos. Parece que, de todos los niños y jóvenes que han pasado por esos centros, muy pocos han tenido la oportunidad de expresarse a través de la escritura. Es fundamental no solo leer a otros, como a D. Vicente Espinel, sino también tener la oportunidad de leer nuestras propias creaciones para tomar conciencia de nuestra existencia, ya que, al fin y al cabo, “somos lo que escribimos”.

La Pedagogía Andariega ha impulsado esta idea con la colección de libritos “Arre burrita”, que son escritos por niños y jóvenes de la Serranía y publicados con el apoyo de la Pedagogía Andariega. Sería beneficioso que los profesores permitan a sus alumnos escribir libremente y que sus trabajos sean publicados y exhibidos en las bibliotecas con los debidos derechos de autor. Es una cuestión de justicia y sentido común.

La conversación que se narra en el texto, entre un caballero y otro personaje, se desarrolla en un puente de Segovia, con la aparición de un rebaño de vacas y una mula cargada de vino. Se destaca la valentía de uno de los personajes al enfrentarse a un novillo para proteger al mulero en apuros. La historia refleja la importancia de actuar con valentía y no juzgar a otros por sus acciones, sino ofrecer apoyo y consuelo en momentos difíciles.

Finalmente, se resalta la importancia de los libros como compañeros fieles, consejeros y guías en la vida. La narrativa destaca cómo los libros pueden consolar, educar y enriquecer la vida de las personas, ofreciendo sabiduría y entretenimiento en momentos de soledad o dificultad. La lectura se presenta como una fuente de sabiduría y bienestar para el alma, proporcionando un escape de la realidad y alentando a explorar nuevos horizontes a través de la imaginación.

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