En un pueblo andaluz, donde recordar el nombre del alcalde anterior es difícil, tenía la costumbre de levantarse antes de las siete de la mañana. Media hora después, entraba en su despacho para recibir a los vecinos que esperaban ser atendidos por él. Otro alcalde de una provincia cercana también se levantaba temprano porque pensaba que aquellos que querían quejarse preferían madrugar. Los consejeros aprovechan los fines de semana para organizar actos en sus provincias de origen y conectar con la gente que les conoce. ¿Y el presidente de la Junta?

En el Parlamento de Andalucía, las sesiones de control comienzan con Juanma Moreno bajando las escaleras acompañado por el portavoz de su grupo, Toni Martín y algunos consejeros. Durante este breve trayecto hacia el salón de plenos, hay oportunidad para interactuar con los medios de comunicación y transmitir mensajes importantes. Por ejemplo, esta semana habló sobre el asesinato de dos guardias civiles en Barbate, las protestas de los agricultores, los resultados de las elecciones en Galicia y el escándalo del asesor de José Luis Ábalos.



Después de la sesión de control, el presidente se reúne con representantes sociales, institucionales y económicos según su agenda. Por ejemplo, esta semana escuchó a los trabajadores de la planta de Acerinox en el Campo de Gibraltar que reclamaban un convenio colectivo. Estaba acompañado por los consejeros de Industria y Empleo, Jorge Paradela y Rocío Blanco. A pesar del poco tiempo disponible, Moreno se disculpó por la brevedad de la reunión.

Recientemente, también se reunió con los representantes del colegio Domingo Lozano de Málaga, miembros de Nuevas Generaciones y consoló a una madre con un niño en cuidados paliativos. Además, recibió a usuarios del futuro conservatorio de música Juan de Castro de Andújar para agradecerles su implicación en la enseñanza musical profesional.

En otra ocasión, el público en el Parlamento incluyó al alcalde de Barbate, Miguel Molina, representantes de la Guardia Civil y Vigilancia Aduanera que combaten el narcotráfico. Después de la jornada, se reunieron con el presidente de la Junta y el consejero de Presidencia, Antonio Sanz.

El Patio del Recibimiento del Parlamento andaluz será escenario de una celebración próxima. Aunque la solemnidad suele prevalecer, la aprobación de la Ley del Flamenco el año pasado fue motivo de alegría y música. Esta casa representa la diversidad de emociones y experiencias de los andaluces, siendo un lugar donde el presidente puede conectar con la gente y escuchar sus inquietudes y necesidades.

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