Esta mañana, en la estación de alta velocidad María Zambrano de Málaga, se vivió una escena poco común pero impactante: una larga fila de pasajeros esperando para pasar el control de seguridad. Desde tempranas horas, alrededor de las 8:00 am, la cola se extendía desde el acceso a los andenes hasta la entrada principal del edificio, ocupando todo el gran vestíbulo.
Esta situación generó momentos de tensión entre los viajeros, ya que la fila avanzaba lentamente y la hora de salida de los trenes se acercaba. Los usuarios se quejaban de la falta de puntos de control de equipajes y personal en la zona de andenes, criticando a Adif y al Ministerio de Transporte. Los pasajeros expresaron su frustración ante la escasez de vigilantes y escáneres, considerando inadecuado el servicio en una estación tan concurrida como la de Málaga.
El cuello de botella estaba claramente en el arco de seguridad, con solo dos escáneres para todos los equipajes. Agravando la situación, el tren programado era un AVE de Renfe con doble composición, casi a su máxima capacidad, lo que implicaba el embarque de alrededor de 600 personas al mismo tiempo, especialmente después del largo puente festivo en Madrid. A pesar de todo, las autoridades aseguraron que nadie se quedaría sin viajar, aunque pudiera haber retrasos mínimos en la salida de los trenes.
Otro factor contribuyente a las largas esperas ocasiones en la estación era la posible demora en la llegada del personal de revisión de billetes de los operadores de alta velocidad. En esos casos, se solicitaba a Adif postergar el control de equipajes para evitar que los pasajeros esperaran en el andén. La puntualidad característica de los servicios ferroviarios de alta velocidad entre Málaga y Madrid también llevaba a que los viajeros se aglomerasen en la cola minutos antes de la salida, retrasando el proceso de seguridad.
En resumen, la situación caótica en la estación se debió a una combinación de factores, como el escaso personal y los escáneres, junto con la llegada concentrada de pasajeros antes de la hora programada de salida. Aunque las esperas fueron prolongadas, se aseguró a los usuarios que podrían abordar sus trenes sin contratiempos.