No es común para mí dirigirme a usted a través de una carta, pero la seriedad de los ataques que mi esposa y yo estamos enfrentando requiere que exprese mi opinión de manera calmada. Agradezco que tome un momento para leer estas líneas.

Como sabrá, un juzgado en Madrid ha iniciado una investigación contra mi esposa, Begoña Gómez, a raíz de una denuncia presentada por una organización ultraderechista llamada Manos Limpias, por presuntos delitos de tráfico de influencias y corrupción en los negocios. Esta denuncia se basa en información proveniente de medios de comunicación con inclinaciones derechistas y ultraderechistas, que hemos desmentido y por los cuales Begoña ha iniciado acciones legales.

Estos ataques en su contra son parte de una estrategia de acoso y difamación que se ha prolongado por meses. No me sorprende la reacción exagerada de ciertos políticos, quienes han colaborado con esta campaña de desprestigio. Estamos enfrentando una operación coordinada para debilitarme tanto en lo político como en lo personal, usando a mi esposa como blanco.

Entiendo que los ataques a Begoña no se deben a actividades ilegales de su parte, sino al hecho de ser mi esposa. Estos ataques no van dirigidos solo a nosotros como individuos, sino a lo que representamos: una opción política progresista respaldada por millones de españoles, que promueve el progreso económico, la justicia social y la democracia renovada.

Esta lucha no es nueva, ha sido un proceso gradual que ha incluido intentos de deslegitimación del gobierno de coalición progresista que encabezo, pero que, a pesar de todo, ha sido respaldado por el pueblo español en múltiples elecciones. La última afrenta fue durante las elecciones generales de 2023, donde los resultados confirmaron el apoyo hacia el avance que representamos.

En medio de este embate político, personal y mediático, debo reflexionar sobre si vale la pena continuar en esta situación. Los ataques que hemos enfrentado son tan graves y despiadados que necesito tomar un momento de pausa junto a mi esposa para evaluar nuestras opciones. Aunque no tengo apego al cargo, sí siento un deber y compromiso con el servicio público y la transformación del país.

Por tanto, he decidido cancelar mi agenda pública por unos días para reflexionar y tomar una decisión sobre mi futuro. El próximo lunes, 29 de abril, haré una comparecencia ante los medios para comunicar mi determinación. Agradezco su atención y comprensión en todo este proceso. Atentamente, Pedro Sánchez.

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