Hoy estamos llamados a practicar cuatro actitudes clave a través del ejemplo simbólico de Juan: oración, unidad, lectura de la Palabra y misión. Jesús, en su constante comunión con el Padre, nos enseña la importancia de la oración antes de tomar decisiones cruciales, y el Papa Francisco nos recuerda que la oración es fundamental para mantener viva la esperanza, tan necesaria en estos tiempos de incertidumbre.
En un mundo marcado por la individualidad y la desconexión, el Evangelio nos invita a buscar la unidad entre los cristianos, remando juntos en la misma dirección. Jesús se revela a sí mismo como la Palabra y la Verdad, mostrándonos un camino que desafía las normas mundanas y nos llama a anunciar un mensaje contracultural de amor, paz, esperanza y alegría en medio de un entorno marcado por el odio y la desesperanza.
En este diálogo constante entre la Iglesia, la Palabra y el mundo, descubrimos el propósito divino para cada uno de nosotros y alcanzamos una alegría plena que solo se encuentra en la entrega total a Dios. Es hora de acercarnos a Él en oración, fomentar la unidad entre nosotros, sumergirnos en la lectura y comprensión de su Palabra y salir al mundo con valentía y compasión para cumplir con nuestra misión como seguidores de Jesucristo.
Mantengamos viva la llama de la esperanza con nuestra oración, busquemos la unidad en la diversidad de la comunidad cristiana, dejémonos transformar por la Palabra de Dios y llevemos el mensaje de amor y redención a todos los rincones del mundo. En este camino de fe y servicio, encontraremos la plenitud y la felicidad que solo provienen de la conexión profunda con Dios y con nuestros semejantes. ¡Es tiempo de ser portadores de luz en medio de la oscuridad!