Las precipitaciones de la última semana de marzo han afectado a las celebraciones de Semana Santa, pero han tenido un impacto positivo en las reservas de agua de la provincia. En términos simples, se estima que las lluvias han aportado alrededor de diez hectómetros cúbicos netos, equivalente al consumo de agua de los habitantes de Málaga durante dos meses y medio.

Es importante destacar que, a pesar de la situación actual de sequía grave en toda la provincia, las recientes lluvias han generado esperanzas de mejoría. Los embalses de Guadalhorce, Conde de Guadalhorce, Guadalteba y Casasola han registrado un aumento en sus niveles de agua, superando el umbral establecido por la Junta de Andalucía.

En este sentido, Málaga cuenta con el azud de Aljaima en Cártama y sus pozos anexos de Fahala, que en momentos de crecida del río Grande pueden aportar hasta el 100% del consumo de la ciudad. Esta infraestructura ha sido fundamental para garantizar el suministro de agua en la urbe, especialmente durante los días finales de marzo.

Además, se están implementando medidas para maximizar el aprovechamiento de los recursos hídricos, como el almacenamiento del excedente de agua en el embalse de Pilones y la utilización de nuevos pozos en Aljaima y Fahala. Estas acciones contribuyen a reducir la dependencia del agua embalsada y a asegurar un suministro constante para los hogares de Málaga, especialmente durante la época de verano.

En conclusión, las lluvias recientes han tenido un impacto positivo en las reservas hídricas de la provincia de Málaga, ofreciendo un respiro en medio de la sequía actual. Las medidas implementadas para gestionar y aprovechar eficientemente el agua disponible son fundamentales para garantizar un suministro sostenible para la ciudad y sus habitantes.

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