En esta ocasión, Don Vicente nos deleita con una historia tragicómica que ocurrió en un cementerio durante la Cuaresma. Aunque podría parecer una anécdota sacada del folclore popular, la narración detallada la convierte en una historia tan real que parece que el narrador fue el protagonista.

La historia comienza en medio de las festividades del Carnaval, cuando una amiga le pide celebrar el final de los carnavales y el comienzo de la Cuaresma con una cena especial. A pesar de vender algunas pertenencias para conseguir los ingredientes, el protagonista compra una variedad de alimentos y se dirige a encontrarse con su amiga en medio de la noche.

En su camino de regreso, al pasar por el cementerio de San Ginés, el narrador se ve envuelto en una situación comprometida al ser sorprendido por la ronda. Para evitar ser descubierto, se esconde en una tumba a medio hacer con el paquete de comida atado, simulando rezar con un rosario en mano. La situación se complica cuando los guardias lo descubren y lo interrogan.

Con astucia, el narrador logra escapar de la situación sin ser descubierto. Sin embargo, al intentar recuperar su paquete escondido en la tumba, se ve envuelto en una serie de malentendidos que lo llevan a enfrentarse a sus propios miedos. Aterrorizado, el narrador se enfrenta a supuestos espíritus dentro de la tumba, solo para descubrir al final que todo se debió a un perrazo negro asustado con una cadena atada a la cola.

La historia concluye con una reflexión irónica sobre la creencia en espíritus en una calleja oscura en Ronda, donde en realidad todo se debió a una mona traviesa que asustaba a los vecinos desde un tejado. A través de divertidas espinelas, el autor agrega un toque humorístico al relato, demostrando que a veces los miedos y malentendidos pueden tener explicaciones más simples de lo que parecen.

En resumen, la historia de Don Vicente en el cementerio durante la Cuaresma es un relato entretenido que combina humor y misterio, demostrando que a veces las apariencias pueden engañar y que la realidad puede ser más sorprendente que la ficción.

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