Un ciudadano de origen sueco fue secuestrado inmediatamente después de aterrizar en el aeropuerto de Málaga y pasó 23 días cautivo en manos de una banda criminal que exigía medio millón de euros en criptomonedas para su liberación. Durante este período, la víctima estuvo confinada en diversas habitaciones de distintas viviendas, donde sus captores lo mantenían vigilado en todo momento a través de un dispositivo de localización en uno de sus zapatos.

La Policía Nacional de Málaga logró detener a dos individuos de origen sirio y libanés, quienes presuntamente estaban implicados en el secuestro. Según la investigación, el ciudadano sueco llegó a Málaga desde Turquía con un amigo con la intención de explorar el país. Sin embargo, al llegar al aeropuerto, desapareció después de ser recogido por una tercera persona, supuestamente enviada por su amigo para llevarlo al hotel donde se hospedaría.

La denuncia de un familiar del turista, quien perdió todo contacto con él desde su llegada a la provincia, desencadenó una exhaustiva investigación policial. Los secuestradores se comunicaron con la familia exigiendo un rescate en criptomonedas para liberar a la víctima, lo que llevó a las autoridades a seguirles la pista hasta diferentes domicilios donde se habían mudado constantemente.

Después de intensas negociaciones, se acordó un pago de rescate en un restaurante donde la Policía Nacional llevó a cabo un operativo de rescate para liberar al turista y detener a los secuestradores. La víctima informó a las autoridades que estuvo encadenado y encerrado durante todo el tiempo que duró su secuestro, sin poder ver los rostros de sus captores, quienes mantenían su identidad oculta.

Tras su liberación, el ciudadano sueco recibió atención médica y proporcionó información clave que llevó a los agentes al último lugar donde estuvo retenido. Durante la operación de registro, se incautaron teléfonos móviles, grilletes, dispositivos de geolocalización y otros elementos relevantes para la investigación. Los dos detenidos enfrentan cargos de secuestro, lesiones, organización criminal y delitos contra la integridad moral, pero la policía sospecha que actuaron en colaboración con otros cómplices, por lo que la investigación continúa en curso.

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